Cuando preguntas a los directivos cuál es el mayor activo y valor de su compañía, muchos responden con magnitudes económicas, ratios financieras, o ideas más o menos abstractas: hemos ganado tanto dinero este año, somos el líder en cuanto a ventas, o nuestro diferencial competitivo nos permite destacar frente a la competencia.
Sin embargo, todavía pocos mencionan la importancia del capital humano en la empresa, un intangible que es muy difícil de replicar de una organización a otra, y que, como tal, es una fuente de ventaja competitiva sostenible para cualquier negocio. Y es que, tal como decía el consultor estadounidense Jim Collins
“Una gran visión sin grandes personas es irrelevante”.
Es cierto que muchos aún no saben exactamente qué es eso del capital humano, pero hoy queremos traer algo de luz sobre el tema. Vamos a definir no sólo el concepto, sino también su importancia como activo para tu marca. ¡Comencemos por el principio!
¿Qué es el capital humano en la empresa?
Una compañía no sólo se construye con dinero, oficinas, máquinas y demás recursos materiales. También se construye con personas, con su talento y capacidad para conseguir lo mejor de los recursos que se ponen a su disposición para hacer su trabajo.
Es en este punto donde entra el capital humano en la empresa. Entendemos por este concepto el conjunto y la combinación de conocimientos, experiencia, habilidades o la formación académica que tienen las personas que forman parte de la organización, y que pueden ser utilizadas para alcanzar los objetivos de esta.
Et voilà! Así de simple… O no… Es como la fórmula de la Coca Cola… Se puede copiar un poquito, pero nunca replicar de manera exacta. Y siendo esto así, los resultados tampoco serán los mismos.
Por qué debes conocer la importancia del capital humano para tu marca
Nos encontramos ante un momento de incertidumbre en el que hay continuos cambios sociales, económicos y tecnológicos… y según parece estos cambios se irán sucediendo cada vez con más rapidez y afectarán de un modo u otro a tu organización. Es lo que hace décadas se conoce como un entorno VUCA: volátil, incierto, complejo, y por si fuera poco, ambiguo… Ahí es nada.
Si tu marca quiere seguir a flote, tiene que apostar por personas con el talento, potencial y la energía necesarios para construir entre todos el capital humano que permita a la organización adaptarse a las circunstancias de su entorno con la agilidad, rapidez y flexibilidad que requieren.
Y en caso de no saber, o no poder hacerlo, tu empresa se hundirá inexorablemente como el Titanic, y nadie podrá salvarla.
Puede que creas que estamos exagerando, y que nos ponemos un poco dramáticos.
Quizás pienses que con la inversión en tecnología y otros tipos de recursos materiales es más que suficiente… pero si consideras que por el mero hecho de disponer de la tecnología y esos recursos tu organización podrá superar las batallas que se presentan, estás muy equivocado.
La tecnología y los recursos no tienen inteligencia, ni talento; eso solo lo tienen – y lo aplican – las personas. Tal como dijo el escritor y filósofo Elbert Hubbart,
“Una máquina puede hacer el trabajo de cincuenta hombres normales. Ninguna máquina puede hacer el trabajo de un hombre extraordinario”.
Quieras o no, necesitas invertir en atraer, desarrollar y comprometer al mejor talento posible para tu organización, porque éste es el ingrediente esencial para disponer del capital humano imprescindible en tu empresa para sobrevivir y prosperar en los tiempos que corren.
Pero… ¿qué tipo de capital humano necesita tu empresa?
Olvídate de los trabajadores especializados que aspiraban a pasar 20 años en el mismo puesto de trabajo con más o menos las mismas responsabilidades.
Hace tiempo que las organizaciones han dejado de ser tan estáticas y predecibles, precisamente porque su entorno ha dejado de serlo y se ha convertido en VUCA.
Hoy en día las personas aspiran a realizar trabajos que les reten en lo profesional, y que tengan un significado y un sentido para ellos. Esto te permitirá incorporar a tu organización trabajadores con información, conocimientos y habilidades de alto nivel que les permitirán adaptarse con agilidad y rapidez a los cambios que se les proponga en respuesta a las necesidades del negocio.
Tal como afirma el periodista Agustín Velasco, necesitas “personas creativas, imaginativas e innovadoras que puedan trabajar con casi cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier lugar”. Este es el tipo de capital humano en la empresa que será capaz de superar las adversidades, alcanzar grandes metas, y fluir con los acontecimientos del entorno.
El papel de los Recursos Humanos en la empresa
Es difícil encontrar a la persona más adecuada para cada puesto, y por eso la selección de personal, aplicando test psicométricos como el Talent Q, es una de las actividades más críticas para el éxito en el desarrollo del capital humano en la organización.
Seleccionar no es lo mismo que cubrir un puesto a secas; por eso, cuando seleccionamos bien, descubrimos que hemos incorporado un activo que aumentará su valor y el valor de la empresa a largo plazo, siempre que sepamos ganarnos su compromiso y dedicación.
Este es el motivo por el cual tenemos que saber cuidar muy bien de nuestros recursos humanos. Tan importante es encontrar a la gente adecuada como cuidar de ella, ofreciéndoles oportunidades para desarrollar su talento y potencial en nuestra organización.
Es ahí donde el Departamento de Recursos Humanos tiene todo su sentido y la mayor oportunidad de contribuir positivamente al rendimiento de la empresa, que tiene que preocuparse por maximizar su capital humano.
Al tener un papel tan trascedente en la empresa, el departamento de recursos humanos tiene que verificar y analizar a los candidatos mediante una serie de test de evaluación de competencias laborales para que la selección permita desarrollar el verdadero potencial del trabajador.
Si lo hace bien, recibirá de sus empleados el compromiso, el esfuerzo y el talento necesarios para construir entre todos algo único, diferenciador, que permita a la empresa alcanzar sus objetivos. Pero de esto hablaremos otro día.
De momento, te dejamos a modo de reflexión final una frase de Kaoru Ishikawa, uno de los pensadores más influyentes en la gestión de la calidad:
“Ninguna empresa puede ser mejor o peor que las personas que la integran”.
No olvides que uno de los principales activos de tu organización son las personas que la componen, y el talento que ponen en su trabajo. Ten en cuenta siempre la importancia del capital humano y lo beneficioso que puede ser para tu organización.