Las empresas hoy en día se enfrentan a la aparición de nuevos competidores, tendencias, mercados y tecnologías a un ritmo cada vez más intenso. Por eso los managers y directivos deben ser capaces de lidiar con cambios permanentes, y con un nivel de complejidad e interdependencia cada vez mayores. La capacidad para responder ante la novedad, la incertidumbre, y reducir la complejidad resultan esenciales para hacer que las empresas tengan el nivel de agilidad imprescindible para el éxito a largo plazo.

El desarrollo del liderazgo es una componente esencial para la agilidad organizativa. Los mejores líderes son capaces de comprender la complejidad que les rodea y responder al cambio. Transmiten y comparten su visión, e invitan a todos a crearla. Inspiran, y generan el deseo en los demás de ser parte del equipo y dar lo mejor de sí mismos. Por eso dejan una huella imborrable en la memoria de las personas, y casi siempre una influencia determinante – para bien y para mal –sobre el desarrollo y la carrera de aquellos que trabajan con ellos. La fortaleza de los líderes contribuye al éxito a largo plazo de cualquier organización, y se traduce en múltiples beneficios:

  • Aportan la visión y la claridad necesarias para dar un sentido y propósito al trabajo de todas y cada una de las personas de la organización
  • Extienden su influencia empoderando a las personas para esforzarse y contribuir a la consecución de los objetivos de sus equipos y el negocio
  • Crean un clima que favorece el aprendizaje y la apertura, atrayendo y reteniendo al mejor talento para la organización
  • Asumen como propia la responsabilidad de identificar y desarrollar a los líderes que la organización necesitará en el futuro
  • Promueven la cultura y valores de la organización, promoviendo la integridad y la congruencia en el día a día

Nuestro enfoque para el desarrollo del liderazgo se basa en cuatro pilares esenciales: