La profunda crisis económica iniciada en el año 2008 ha transformado el entorno económico y empresarial, el mercado laboral, y la vida de muchas personas en edad de trabajar. Los cambios que ha generado han sido amplios y profundos, sin distinciones, y su impacto se ha sentido en mayor o menor manera en todo el espectro de la fuerza laboral española con tasas de desempleo que han llegado a superar el 20% en algunos momentos. Como consecuencia, pensamos que es necesario replantear la gestión del talento, aunque parece que en ocasiones no hay conciencia de esta necesidad.

En particular, hay un colectivo de nuestra población activa que, aunque también ha sufrido estas consecuencias negativas, ha tenido quizá más opciones que otros para asegurar su continuidad laboral. Nos referimos al colectivo de trabajadores de más de 40 años y con un alto nivel de cualificación en el sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

Muchos de estos profesionales también perdieron su puesto de trabajo, pero a diferencia de otros colectivos, optaron en muchos casos por emprender sus propios negocios en el ámbito de las nuevas tecnologías. La combinación de preparación técnica y experiencia ofrece una excelente base sobre la cual construir un proyecto empresarial de éxito que asegura no solo la continuidad laboral propia, sino también la posibilidad de crear oportunidades de trabajo para otras personas.

Entonces, ¿cómo es ahora la gestión del talento?

Todos estamos de acuerdo en que la experiencia nos ayuda a aprender y a desarrollar el talento, y que las dificultades que vamos superando nos hacen más fuertes. Sin embargo, este cambio no significa necesariamente que hayamos cambiado nuestra mentalidad en algunos aspectos cruciales para emprender, y muy particularmente en todo lo relacionado con la gestión del talento y los recursos humanos en general.

Muchas personas eligen el camino del emprendimiento como la alternativa menos deseada pero inevitable para la continuidad laboral porque, a fin de cuentas, todos necesitamos atender nuestras obligaciones y pagar las facturas a fin de mes.

Nuestra experiencia tratando con jóvenes graduados, y en muchos casos con formación técnica, nos mueve a dirigir este post al emprendedor que acabamos de describir. Hemos trabajado con unos cuantos, y vemos con frecuencia la frustración que genera el hecho de que a algunos de estos emprendedores les cueste un poco avanzar en el cambio de mentalidad necesario para gestionar el talento joven.

Por eso pensamos que esta reflexión en forma de carta abierta a uno de estos emprendedores puede resultarles de gran utilidad:

“Estimado amigo, debes reconocer que las circunstancias en las que iniciaste tu carrera profesional hace más de 20 años han cambiado, y mucho. Los valores culturales en los que tú fuiste educado son muy diferentes a los que rigen hoy, y que son los que guían y explican la mentalidad de los trabajadores recién titulados en las áreas tecnológicas que tu negocio necesita. Hoy en día nuestros jóvenes profesionales siguen aspirando a crecer y asumir una mayor responsabilidad a lo largo de su carrera, pero no a costa de sacrificar los mejores años de su vida en largas jornadas de trabajo y pasando un alto porcentaje de su tiempo fuera de casa por viajes de trabajo.

Nosotros te comprendemos muy bien porque hicimos lo mismo que tú en su momento, y eso nos ayudó también a progresar en esa época que compartimos. Por eso respetamos tu forma de pensar, y declaramos nuestra admiración por ti. Sin embargo, debes saber que lo que a ti te dio buenos resultados en su momento puede no ser la fórmula del éxito para hoy, en la medida en que los valores y prioridades vitales para los jóvenes profesionales que hoy necesitas son otras. Los tiempos han cambiado mucho, amigo, y con ellos la mentalidad de los trabajadores más jóvenes.

Si, ya sabemos que hacías jornadas de 60 horas semanales, que la flexibilidad horaria era una quimera, y que el teletrabajo solo existía en las películas futuristas. Cuando lograbas entrar en una buena empresa aspirabas a quedarte en ella y hacer carrera, cuanto más larga mejor, y por este motivo pensabas que tu fidelidad era un valor muy apreciado. Era fundamental ganarse la confianza del jefe para evolucionar profesional y salarialmente, casi siempre a su sombra.

Nuestros jóvenes de hoy han presenciado todo lo que nos ha ocurrido en estos últimos años, en muchos casos muy de cerca, y han tomado buena nota de ello. Ellos también se han dado cuenta de que las cosas han cambiado. Por eso ya no están dispuestos a “sacrificar” su vida por cualquier empresa, porque el futuro es incierto para todos. Dan mucha importancia al aquí y al ahora, y no quieren que su vida gire en torno al trabajo y la empresa. Por eso esperan tener horarios de trabajo flexibles. Esto no significa que sean menos responsables, ni menos comprometidos con su responsabilidad. La tecnología facilita la flexibilidad y el teletrabajo, y ellos han aprendido a explotar las posibilidades que ofrece. De esta manera pueden disponer de tiempo para dedicarlo a sus aficiones e intereses más allá del trabajo.

Ya no es necesario que les pidas que “se ganen” tu confianza. Eso es algo que no esperan. Quizá es lo que se te pidió a ti en su momento, y lo que te funcionó… Al menos durante un tiempo. Ellos estarán dispuestos a “vestir la camiseta de tu equipo” si les das y les demuestras tu confianza ofreciéndoles un entorno de trabajo que les permita conciliar su vida y sus intereses. A cambio te darán lo mejor de sí mismos para sentirse parte de un equipo ganador. No solo aspiran a vivir una vida plena, sino a disfrutar de ella sintiendo el orgullo de su trabajo y del equipo del que formen parte.

Estimado emprendedor, tienes todo nuestro reconocimiento por la valentía y el arrojo de crear un negocio partiendo de la nada o de muy poquito, pero no olvides que las circunstancias actuales son muy diferentes a las que has conocido, y que requieren de un cambio profundo de mentalidad con relación a la gestión del talento. Lo que fue válido en las dos o tres últimas décadas del siglo XX, incluso la primera del siglo XXI, ya no lo es hoy. Los valores, motivaciones y expectativas de los jóvenes profesionales de hoy no encajan con la exigencia de fidelidad más o menos “ciega” a la empresa, porque la empresa ya no está en condiciones de garantizar fidelidad, y mucho menos a una start-up o una empresa joven que por definición tiene un futuro incierto.»


¿Te has parado a pensar en qué puedes ofrecer de valor a los jóvenes profesionales que necesitas más allá de un contrato laboral y un salario? ¿Qué puedes hacer para ganarte su confianza, y su compromiso? Si les das la oportunidad, descubrirás que ellos te darán lo mejor de si mismos… Durante el tiempo que decidan estar contigo. Debes aceptar el hecho de que el empleo de por vida es cada vez más anacrónico, y quizá tu lo necesites menos de lo que crees. ¿Sabrías cómo diseñar y desplegar una buena estrategia y gestión de talento que responda a esta realidad?